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Desde hace tres años la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos de La Habana del Centro Provincial de Patrimonio Cultural (CPPC) de esa provincia, fijó su sede en el otrora cafetal El Carmen, más tarde también conocido como Bocalandro, el cual formó parte de las agro-industrias ubicadas en el valle central habanero y fue uno de los cafetales más prósperos, de los 37 existentes en la región del demolido hato Sabanilla y su entorno. Con una extensión de 14 caballerías y 260 cordeles este cafetal, ubicado en las cercanías de la ciudad de San José de las Lajas, en la carretera de Jamaica a Autopista Nacional en el Km 1 ½, perteneció desde la segunda mitad del XVIII y durante la primera mitad del XIX a Don Salvador de León Ravelo y más tarde a Vicente Bocalandro, pasando luego a otras manos.
La historia del antiguo cafetal que constituye uno de los conjuntos mejor conservados del antiguo Valle de los ingenios de Güines, se relaciona también con el proceso de la guerra de independencia y las acciones mambisas. La historiografía sobre el sitio recoge que en 1896 fue campamento de Máximo Gómez durante la Campaña de la Lanzadera y su recorrido por La Habana. El 11 de septiembre de 1898 se abrió en el lugar el primer hospital del ejercito mambí para la rehabilitación de heridos y enfermos, erigido una vez terminada la guerra, tras la firma del Tratado de Paz del 12 de agosto de ese año, dicho hospital formó parte de la estructura de la Comandancia del Estado Mayor del Ejército Libertador, en su inauguración estaban presente los generales José María Rodríguez (Mayía) y García Menocal además del Brigadier Leite Vidal, entre otros del alto mando del ejército mambí.
La historia connota el valor patrimonial de este espacio, cuya capilla bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen es centro de una tradición vernácula de gran arraigo que se ha mantenido por más de dos siglos. Conocidas como las “Veladas del Carmen” las fiestas patronales son hoy hecho cultural de origen legendario. La aparición de la imagen de María en una de las alacenas de la casa de vivienda del cafetal dio pie a la construcción de un retablo neoclásico para su veneración. A la presencia de dicha capilla, vigente aún hoy, se debe la existencia de una tradición viva en la comunidad que constituye uno de los más importantes valores del lugar.
La Oficina de Monumentos y Sitios Históricos de La Habana ha hecho suyo este legado y ha trabajado en la recuperación de las Veladas del Carmen, que, realizadas siempre a mediados de julio, son hoy un espacio ideal para la promoción del patrimonio y una fiesta de verano que involucra a toda la comunidad.
Tres espacios con identidad propia se han incorporado al perfil de la fiesta vernácula que se realizó este año los días 15 y 16 de julio bajo el lema: noche y un día en el cafetal. La Fiesta de los Esclavos, realizada la noche del día 15, se dedica a homenajear al grupo humano que formó parte de la principal fuerza de trabajo, esclava y explotada, del otrora cafetal. Protagonista absoluto de la fiesta es el grupo portador habanero Awué de Nueva Paz. Tras el toque de la campana que rinde tributo a los 43 esclavos que integraron la dotación del cafetal, se inician los cantos, los toques y las danzas, realizadas a la luz de una gran fogata. Una ceiba centenaria acoge a los participantes en la ceremonia y a los pobladores de la zona, a los que se han ido sumando vecinos de San José de las Lajas, Jamaica, el Guayabal, Tapaste, e incluso de la Ciudad de La Habana.
Al día siguiente, la mañana se inicia con el espacio Tertulia en el Cafetal, que cada año invita a un especialista para que diserte sobre temas asociados a la vida en los cafetales cubanos del siglo XIX. Entre los convocados de este año se encontraban la Doctora Maria del Carmen Barcia, premio Nacional de Ciencias Sociales (2003) y de Historia (2005) y el profesor Carlos Venegas Fornia investigador del Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello quien tuvo a su cargo la conferencia central que verso sobre la urbanización, arquitectura, mobiliario de la industria cafetalera en Cuba y Brasil.
Al mismo tiempo se desarrolló la Fiesta de los Niños, que anima el proyecto teatral La Chinche del Consejo Provincial de las Artes Escénicas de La Habana, cuyos integrantes presentaron esta vez la obra Juegos de verano, que integra poesía, canciones, juegos y cuentos tradicionales cubanos dramatizados.
En el marco de las Veladas del Carmen se entregó el Premio Llave de Bocalandro, instituido por la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos de La Habana desde el 2007 para reconocer a aquellas personalidades, agrupaciones y proyectos que con su quehacer cotidiano contribuyen a la preservación, conservación y difusión del patrimonio local, regional y nacional. Recibieron esta vez el reconocimiento el investigador Carlos Venegas Fornias, por sus aportes a la investigación histórica y cultural por más de 20 años; la historiadora Diana Lay de la Hoz Collera, Directora del Centro Provincial de Patrimonio Cultural de La Habana, por el trabajo realizado por más de 10 años en la labor de protección, conservación y divulgación del patrimonio de La Habana y a la economista Suilán Rodríguez Trasanco, Secretaria de la Asamblea Municipal de San José de Las Lajas, por su continua labor en la protección y divulgación del patrimonio local.
La continuidad de esta celebración, que cuenta con el auspicio del Consejo Popular de Jamaica, el Instituto de Ciencia Animal (ICA), el Proyecto Endógeno Cuba-Venezuela y el OLPP de San José de las Lajas, está asegurada gracias a la participación de la comunidad que reconoce en la festividad un espacio vivo para rencontrarse con las esencias que sustentan su identidad local. Testimonio de una tradición que arranca en el siglo XVIII, las Veladas del Carmen constituyen una experiencia enriquecedora y propia que implica una muy particular mirada al patrimonio cultural habanero.
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