domingo, 9 de agosto de 2009

San José de las Lajas, sus orígenes y topónimos

Por: MSc. Arq. Jorge F. Garcell Domínguez


I
El análisis del topónimo San José de las Lajas, permite realizar algunas valoraciones históricas acerca del patrimonio intangible de una ciudad media sin grandes valores emergentes, pero con un grado apreciable de representatividad (tipicidad), que, pese a su desarrollo urbano condicionado por la presencia de la Capital, distingue perfiles propios.

La ciudad de San José de Las Lajas se ubica en la zona Centro-Este de la actual provincia La Habana y su territorio se enmarca en la llanura abrasivo-denudativa, limitada por las alturas Habana-Matanzas al Norte y Bejucal-Madruga-Limonar al Sur.

Con la aparición de las Ordenanzas de Cáceres, entre 1570-1575, se produce un impulso demográfico y económico vinculado con la mercedación de sitios y haciendas que ocasiona un proceso de autocolonización interna de tierras fértiles. Alrededor de la Habana se constituirá un cinturón agrícola compuesto por minifundios (estancias) que con auge de la comercialización agrícola, a finales del siglo XVI, tienden a alejarse de la Ciudad hacia el interior de la provincia.

Las estancias primitivas cercanas a La Habana, comienzan a especializarse en el cultivo de la caña. Los trapiches se establecen cerca de la ciudad, a corta distancia del puerto y del mercado, debido a los altos costos de transportación y embarque.


Hacia el siglo XVII, surgen numerosas Vegas en las márgenes de los ríos cercanos a la Ciudad. Dentro de los hatos y corrales se multiplican los cultivos menores. La ganadería comienza a perder sus tradicionales áreas de pasto y el ganado se traslada desde haciendas muy lejanas hacia el interior de la provincia, lo cual da inicio a un nuevo proceso de mercedación y distribución de esas tierras.


II
El 12 de junio de 1554; el Cabildo de la Habana, nomina en comisión a los regidores Pedro Blasco, Alcalde, y a Juan Lobera y Antonio de la Torre para que escojan un lugar donde concentrar a los indios que vagaban por todas partes y para quienes nombraron un protector. Meses después, el 12 de diciembre, se les asigna la Villa de Guanabacoa, como asilo general.

La más antigua denominación conocida del actual territorio de San José de las Lajas la encontramos en el acto del Cabildo habanero, del 7 de abril de 1574, donde se acuerda que, el entonces designado “protector de los indios”, Hernán Manrique de la Roja haga solicitud, en nombre de los naturales de Guanabacoa, de la merced del Río de Cañas para que lo pueblen los indios y se establezca un corral de puercos de cuatro leguas a la redonda.(1)

Dichos naturales de Guanabacoa no eran otros que los indios de La Habana, de los cuales, un porciento, correspondía a aborígenes cubanos y otro a inmigrantes forzados de México. Hacia 1590 se habla de una población de 60 individuos. En 1608 la cifra se reduce a 50 aborígenes.(2)

A partir de esta mercedación, el espacio comienza a nombrarse por igual como Río Cañas o Río Bayamo, apareciendo un segundo topónimo. Es curioso que en el otro extremo de la Isla, en la región oriental de Cuba, otra región destinada a la concentración de los indios se denomine también Bayamo.


Las tierras que pertenecieron a los “naturales” les serían despojadas por varios vecinos de La Habana(3) lo cual hizo necesario que el “protector de los indios” solicitara, en 1630, una nueva merced a favor de estos ante el Cabildo habanero. El 28 de agosto de 1632 el Cabildo otorgó a los naturales un total de 5 392 caballerías, más las sobras de tierras y huecos mercedados, sin embargo dicho otorgamiento fue ocultado por “el protector” por lo que los vecinos habaneros, continuaron la usurpación de esos territorios. El 23 de noviembre de 1729, se prohíbe la mercedación de estas tierras por el Cabildo habanero y el Gobernador General ordenó, después de un largo litigio judicial, la demolición de los sitios y corrales con lo cual concluyó la restitución a los indios de Guanabacoa de sus tierras.

A partir de ese momento el Cabildo de Guanabacoa comenzó un nuevo proceso de mercedación de estas tierras, y después de demoler las grandes haciendas, autorizó la segregación física y legal de cada sección. Entre las pequeñas propiedades constituidas aparece las haciendas San José y el Sábalo, las que comprendían el territorio que ocupa la actual ciudad de San José de las Lajas. Junto a estas haciendas se establecen otras muchas que también forman parte del término municipal actual(4), dicho proceso dio inicio a un nuevo impulso migratorio hacia la región, que sería dedicada fundamentalmente a la producción azucarera.

De una de las violaciones del Cabildo habanero sobre el demolido viejo hato Rio Bayamo, da cuenta un documento del 12 de enero de 1706 en que señala que Antonio Menéndez solicitó esta misma llanura con el nombre de Sabana de Caballos. Al ser mercedado nuevamente, en 1748, el territorio se denomina San José de las Lajas.(5) El nuevo topónimo juntaba el ya conocido San José con la existencia de abundantes lajas, vinculan directamente con la existencia de gran cantidad de lagunas en la zona. Sitios más pequeños, vinculado a la hacienda principal, se denominaban de manera independiente San José y Lajas, hecho que perdura hasta la actualidad.

En esta época el camino real a Güines (conocido como Camino viejo), era una vía muy transitada como enlace entre La Habana y el corazón de la región, que permitía la evacuación de las producciones de los ingenios, estancias y también la madera destinada a las construcciones civiles y navales. La población se va asentando en las cercanías de las instalaciones industriales. Existiendo para la época una población de 500 “almas dispersas”.

El 20 de agosto de 1785, seis vecinos, entre ellos Don Antonio Delgado y Cristóbal Martínez, propietarios de 2 ½ y 2 caballerías respectivamente de tierras, hacen acta de donación de ¼ de caballería para la construcción de una iglesia católica bajo la advocación de San José.(6) Dicho terreno se ubicaba dentro de la hacienda San José.

Se aprueba la petición y se construye una iglesia de mampuesto y teja, cuya construcción costó 6 434 pesos. El templo, inaugurado el 16 de mayo de 1788, contaba con 31 varas de longitud por 9 de latitud con sacristía, fuente bautismal, campanas, libro y otras peculiaridades de una verdadera parroquia. En el área posterior se construyó un cementerio con muro perimetral y en un lateral la plaza de Armas.


III
A fines del siglo XVIII, el Capitán General Don Luis de las Casas promueve el fomento de la agricultura y el comercio de la Isla, en particular la construcción de nuevas vías de comunicación, incluyendo las que existían hacia Güines a través de San José de las Lajas y Lomas de Candela. En 1796 se abren nuevos tramos que acortan en más de cuatro leguas el antiguo Camino Real a Güines, utilizándose para ello algunos de los trazados vecinales o primitivos, este proceso da lugar al proyecto y ejecución del “nuevo Camino Real a Güines”, el que comienza a usarse sobre todo en época de lluvias cuando se hacía intransitable el camino antiguo.

Para 1811 se trasladan los establecimientos y comercios hacia la periferia de la nueva arteria vial y se inicia la creación de un nuevo centro comercial y dejando atrás, a casi un Kilómetro de distancia, el centro fundacional de la villa.

El pintoresco Camino Real a Güines bordeaba una de las más grandes lagunas lajeras, conocida como Hoyo del escribano, cuya leyenda recreaba la muerte de un funcionario del Rey en aquel paraje. Se debió a esto que visitantes y viajeros comenzaran a nombrar el naciente poblado como Villa del Hoyo del Escribano.(7)


Entre los años 1852 y 1854, se finalizan los trabajos en la Nueva Calzada a Güines hasta Jamaica. En 1854 comienza el estudio, por parte del Ing. Francisco de Albear, de las variantes constructivas que permitiría continuar la edificación de la nueva vía a través del poblado de San José de las Lajas. El proyecto confrontó muchos obstáculos pues los vecinos deseaban desviar la nueva vía para hacerla coincidir con el antiguo camino, el cual pasaba frente a la Iglesia. Triunfó finalmente la nueva concepción y el proyecto se terminó ese mismo año.

La nueva calzada necesitaba sombra por lo que se comienza la siembra de laureles (Ficus pandurata), los que muy pronto se agigantaron a ambos lados de la vía convirtiéndola en un verdadero túnel verde. Ante la nueva fisonomía del pueblo, transeúntes y vecinos lo rebautizaron San José de los Laureles. Los árboles fueron demolidos para la construcción de la Carretera Central y nuevamente sembrados puesto que se consideraban parte del patrimonio local.(8)



Las obras de la Carretera Central fueron dirigidas por el Arquitecto y agrimensor Arturo Echezarreta Ruiz, Historiador lajero, desde San Francisco de Paula hasta Matanzas, quien extendió la iniciativa a todo lo largo del vial, lo cual se implementó, más tarde, a todo lo largo del nuevo camino nacional.



IV
El devenir histórico da cuenta de las más diversas denominaciones para una misma región en el caso que nos compete primero fue un nombre compuesto que unió a un accidente geográfico un fitotopónimo (Río Cañas) posteriormente sustituido con un topónimo aborigen (Río Bayamo); luego se impuso un nuevo aspecto geográfico al que se sumó un zootopónimo (Sabana de Caballos), no obstante, según la práctica más común en la América colonizada, prevaleció un angiotopónimo (San José) que junto apelativo de las Lajas, distingue hoy tanto la ciudad inicial como el municipio constituido en la división político administrativa de 1976. No obstante, bajo ese nombre, otros muchos sustentan el devenir local e informan de esa gente que habitó la región en otro tiempo y que al nombrarla le otorgó el perfil particular que hemos heredado.



1. Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana. Tomo 20 de abril 1572- 1 de julio de 1578. Oficina del Historiador de la Ciudad de La habana.

2. Wright, Irene A.: Historia Documentada de San Cristóbal de La Habana en la primera mitad del siglo XVII. Imprenta “El siglo XX”. La Habana, l930. PP. 26.

3. Archivo Nacional de Cuba: Fondo Gobierno Superior Civil. Legajo 1651 No. 82697.

4. Protocolo de Actas Capitulares del Cabildo de la Villa de la Asunción de Guanabacoa. Tomos I, II, III, IV. Trasuntada.

5. Ídem.

6. Archivo del Arzobispado de La Habana. Legajo 57 No. 2.

7. Martínez Quintanal, Daniel: El Hoyo del Escribano. 2003. (Inédito).

8. Echezarreta Ruiz, Arturo: Monografía Histórico-Geográfica de San José
de las Lajas. Rotary Club de San José de las Lajas. 1950.

1 comentario:

  1. Interesante la historia de mi municipio San Jose de las Lajas. Es una lastima que la haya conocido despues de vivir fuera de Cuba.
    Creo que el gobierno municipal debe realizar un esfuerzo encaminado a que los niños de San Jose de la Lajas conozcan su historia,su raiz.
    Desgraciadamente en Cuba no se tiene acceso a la internet y este tipo de informacion se debe realizar cara a cara; programando visitas escolares al museo municipal y acudiendo los historiadores a las escuelas.
    Yo estaba buscando una noticia sobre el fallecimiento de Arturo Martinez Ehezarreta (ajedrez)mi hermano por linea paterna. Navegando en la Web confirmo con que la historia de San jose esta ligada al apellido Echezarreta de mis hermanos paternos, Arturo y Maria Antonieta (Cuqui)
    Saludos a mi patria querida y a mi pueblo

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